El día después.
El día después amanece con desagradable recuerdo del alcohol ingerido y del tabaco inhalado. Por lo demás la sensación es buena. Hubo risas, cantos, algún que otro mosqueo, y una gran achinada. Esa achinada se la llevo alguien ajeno a la reunión, y es que el humor gaditano no cuaja entre rumiantes barbacoenses. En el día después uno recuerda frases que no debió decir, otras que no debió escuchar. La gente bailó, gritó y se desnudó. El anfitrión agasajó. Alguno que otro desfasó. El morent bailó entre féminas cual campero travelo en discoteca de moda. Hubo de todo y para todos los gustos. Se disfrutó de un buen mojito, y los bomberos crearon fuegos que no supieron apagar. Los informáticos inundaron con sus frikadas el humor de la manada. Oh, títeres sin cabeza de una salvaje carniceria en un mundo donde ahora te comes una alita, ahora se muere un chino en china, un negro en negrolandia, un panchito en panchilandia. Paz, hermanos.
1 comentario:
que pasa pisha, soy un kolega de caí y tengo que desi que es verda que alli cuando nos saludamos nos hacemos un boxeo, porque es que nadie comprende la grasia nuestra. saludos desde las dunas de bolonia!!!!!!!!!!!
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