NO RESPIRES

Aguanta la respiración, aprieta los ojos hasta que te duelan, tanto que sólo tengas vacío... oscuridad en tu cabeza. Sigue aguantando... seguro que puedes un poco más, no pienses, si lo haces será imposible que ocurra. Entonces te planteas que daños puede sufrir tu cerebro por esta hipoxia voluntaria. Sigues aguantando... con algo de entrenamiento podría batir algún record guiness piensas... y justo en ese momento aaaaah!!!!

Tomas una bocanada desesperada de aire, pero tu no quieres. Que sencillo sería el suicidio si simplemente pudieras elegir no respirar... si fuera tan sencillo, perdería todo el romanticismo.

Mierda! has vuelto a perder la concentración, ya no recuerdas porqué dejaste de respirar… ah me acuerdo de nuevo! Te acuerdas cuando compruebas en la pantalla del ordenador tu combinación de la lotería y no eres rico, te miras en el espejo y sigues siendo el mismo, entonces, oyes la televisión de la retrasada de tu vecina a todo volumen y efectivamente, es la misma vida que dejaste, justo antes de aguantar la respiración, cerrar los ojos y esperar un milagro...

En las películas a veces pasa... no sé... hoy me conformaría con un milagro de comedia de sobremesa, donde te despiertas y ¡Sorpresa, tienes cuerpo de mujer! Qué embarazosos contratiempos tendría que afrontar. Pero no, sigues siendo tú.

Suena el timbre:
- Publicidad puede abrirme?
- Ahora mismo... chupapollas- le dices

Te sientes bien... amparado en el anonimato de 12 bloques de la A a la F. 72 pisos. Ese improperio será un delito nunca resuelto, ni un detective de teleserie podría descubrir quien lanzó ese ingenioso calificativo, a un pobre repartidor de publicidad. Nunca sabrá quien lo ha insultado, además te reconforta saber que hay alguien haciendo un trabajo más humillante que el tuyo. Shadenfraude... siendo un sentimiento tan universal como disfrutar con la desgracia ajena, me extraña que sólo los alemanes acuñaran una palabra para definirlo.

Con una mueca sonriente aun disfrutando de tu brillante ocurrencia, te arrastras de nuevo hacia la silla giratoria que te enfrenta a tu más fiel amigo... tu ordenador. Quizás el sepa porqué no quieres seguir respirando y le preguntas: dime amigo... ¿por qué me rendí? 17 pulgadas a 32bytes de color impasibles frente a ti, no te responden… acercas tu oreja al altavoz y maldita sea!! Habla!! TeraBytes, puertos USB, microprocesadores Intel Centrino, de que coño me servís si no me contestáis!

Haces algo del todo inútil, enumeras una lista de lo que te va bien; tengo un buen trabajo, soy joven, tengo una novia y familia que me quieren...y es inútil porque no te hace sentir mejor entonces, ¿qué me pasa?

Sientes ganas de estrellar el monitor contra la pared, pero no lo haces, aun no has perdido la cabeza, no estás loco... piensas. No lo haces porque inconscientemente eres esclavo de tu cordura... de tu normalidad... de tu mediocridad. Desde que naciste has sido bombardeado por todos los flancos hasta destruir tu último centímetro de libertad. Libertad para elegir tus propios valores, libertad para elegir que te hace sentir bien y que te hace sentir mal. Está tan dentro de ti que jamás podrás arrancarlo. Te encuentras ajeno y abatido en tu silla giratoria, te preguntas ¿por qué te sientes así? ¿Por qué perdiste la esperanza?

Quizás sea una pregunta con truco...Quizás tengas la respuesta tan cerca de tus narices que no puedes descifrarla...Quizás, todo forma parte de un tragicómico juego al que nunca elegiste jugar, pero si no quieres jugar ya sabes..... aaaaaaaahh!

NO RESPIRES


A todos los que alguna vez nos hemos sentido un poco Palahniuk.